«Regular» (2021), la última entrega de Checopolaco, confirma su talento para componer buenas canciones pop

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Checopolaco: “Regular” (Loja Sound, 2021)

Del estupendo debut de Checopolaco han pasado casi diez años y eso se nota. Entre medias el algo irregular “Clavulánico” en 2015 y el introspectivo “Tres pasos” de 2019, hasta presentarnos este “Regular”. Un disco que hace honor a su nombre porque está bien construido y viene a reafirmar el talento de esta banda para hacer buenas canciones pop, que es donde está su fuerte, claramente referenciadas -con buen gusto- por el indierock de los noventa y dos miles, y que al igual que sus predecesores tiene lo que solemos llamar “hits”, pero también otros “no hits” que ayudan a componer un disco mucho más regular (valga la redundancia) que los previos y retrotraernos a esos inicios efervescentes. Grabado como es habitual en su propio estudio de Loja es lo que llamamos “do it yourself” de calidad, lo mires por donde lo mires, al que se ha sumado Alejandro Méndez a la producción para crecer y se nota.

Canciones como “Madrid, Pekín y el Sáhara” enamoran por su frescura y desenfreno para hacernos disfrutar otra vez de las distorsiones, que no se esconden en “Algo que decir”, y así firmar un corte de que les habría encantado haber grabado a El Mató o Bestia Bebé.

En “Lo menos falso” colabora Natalia Drago de la banda argentina Srta Trueno Negro, mezclando la energía de Ash con la potencia de Triángulo De Amor Bizarro. Pero seguro que eso podría decir Julián “Me da igual” ya que Checopolaco tiene una trayectoria propia experta en hacer pequeños hits de noise pop como “Escúchame un Momento”, “Martes” (ojito que Amaia y Diego tienen competencia seria) o “¿Cómo te quedas?”, y en su reverso gemas pop intimistas de la talla de “Es lo de menos”, “Fuego que provoques” o tan refrescantes como “Tú al dente y yo en Nueva York”.

Seamos claros, el talento de Julián para componer y grabar canciones no está valorado como debería, bien porque su pasado le hace sombra (Lori Meyers) o porque sus ocupaciones en otros proyectos (Los Planetas, Unidad y Armonía) le restan tiempo para desarrollar el suyo propio. Sea como fuere, no es justa la escasa repercusión que está teniendo la obra de Checopolaco y esta en concreto. Démosle tiempo al tiempo para que cambie sus devenires.  

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