RED PASSENGER: “Al Sr. Garson, con amor” (Monstera Records, 2022)
Puedo decir que he visto unas cuantas veces en directo a Red Passenger (RP), que he seguido su carrera desde aquellos inicios allá por 2014 y he de reconocer que no dejan de sorprenderme. En esos primeros pasos practicaban un indie pop-folk muy bien elaborado, con claras referencias anglosajonas -algo por lo que siempre he tenido cierta devoción-, y además mostraban estupendas buenas dotes para llevarlo al directo (que por cierto que no tuvo todo el reconocimiento al talento musical que atesoraban más allá de ser finalistas del ciclo Emergentes en 2015). Con Monty (guitarra y voz) y Luis Martín (teclados, guitarra y voz), siempre apostados en primera línea junto a Víctor Costela (teclados y bajo) y el resto de los miembros “fluctuantes”, que han ido completando en distintos momentos este casi “colectivo musical”, no han parado de crear durante estos ocho años trabajos más que notables y posiblemente poco comprendidos en una escena musical que tiene puesta la mirada en otros “estilos”, digamos más obvios y también menos elaborados. Precisamente por eso tiene aún más merito formar parte de un grupo como RP, al que se unieron en última instancia José Manuel Sánchez (Batería) y Dani Levy (bajo) para cerrar un circulo del que se quedaron fuera grandes músicos de la escena granadina, aunque esa sea otra historia.
En 2016 graban un disco en el que confirman su paso a las letras en castellano pero que inexplicablemente no llegó a ser publicado, aunque sí parcialmente presentado en directo en alguna ocasión, y que tuve la suerte de escuchar atentamente. Por eso puedo decirles que el resultado fue más que notable, algo a lo que ya nos tienen mal acostumbrados estos últimos años. Al poco tiempo, deciden dar un giro de 180 grados y dejar de lado ese sonido más folk al entrar en otro proceso creativo que les hace pasar página rápidamente. Nuevos referentes como las bandas sonoras instrumentales, el hip-hop, los sonidos ambientales o el jazz hacen mella en RP y comienzan a componer sin descanso hasta elaborar curiosamente dos discos bien diferentes: “In Spain They Put… (instrumental versión)” y “Studio Di Uno Spettro”. El primero más reivindicativo, lleno de samplers y bases, pero tocado con instrumentos reales que lo hacen muy orgánico e ideal para ponerle una impresionante voz, que nunca llega a sonar dado estamos ante la supuesta versión instrumental de un disco. El segundo es una oda a las bandas sonoras de las películas italianas de los sesenta y setenta, de ahí esos sonidos que nos recuerdan a la Italia de ficción, gracias a ese sentir tan de cinematográfico que rodea al disco hace que podamos imaginárnoslas sonando en cualquier película. Y aunque ambos discos se diferencien perfectamente, gracias a una excelente producción y un estudiado diseño grafico, está claro que son interpretados por RP y eso se nota de principio a fin (para muestra la sobresaliente presentación en directo que hicieron en el Teatro Caja Granada en abril 2018 interpretándolos uno tras de otro).
El tercer asalto llegó con “Lottogatika”, posiblemente la reafirmación de todo lo que venían creando, aunque alejado de esa conceptualidad tan presente en los anteriores. Podemos encontrarnos cortes más ambientales y cinematográficos, otros más incisivos, los hay con ritmos de hip hop, sonidos clásicos y hasta retazos psicodélicos. Esta vez sí hay voz, pero solo una al uso que aquí aporta otros matices, como les ocurre a los franceses Air, en “Jesus, ¿Do You Copy? (Piano Safari)» con la colaboración de Melarise del dúo Dreyma que abre el tema al más puro estilo de los creadores de ”Moon Safari”, y se cierra al de los Mogwai de “Happy Songs For People”. De una forma u otra, este disco reúne lo mejor de RP, siendo una muestra más directa de su acertada propuesta que se separó en los dos discos anteriores para diferenciar esas sonoridades y que aquí apreciamos tan complementarias.
Recientemente nos presentaron “Al Sr. Garson, con amor”, un disco inspirado por la casualidad o la causalidad. Llegar a la obra de un creador como Mort Garson, y concretamente a su disco “Plantasia” (1976), por un algoritmo que quizás te conoce mejor que la madre que te ha parido (al menos en lo que a lo que música se refiere), es para tomárselo muy en serio, tanto que ese encontronazo digital llega a hacer que le acabes componiendo un disco homenaje. Eso le pasó a Luis, que al quedar atrapado por la obra de Garson contactó con Víctor, el otro teclista de la banda, para pedirle referencias de este. Lo que sorprende de la música registrada por este canadiense es el uso del moog como instrumento para componer canciones para plantas. Y si la obra de Garson resultó ser evocadora y mágica parece que no solo hizo florecer las plantas si no que también las mentes de RP que no dudaron en componer un disco inspirado y de inspiración.
Editado recientemente en vinilo de 10”, “Al Sr. Garson, con amor” recupera el espíritu sonoro de Mort Garson (1924-2008) al trabajar de forma muy similar, quedándose fuera los ritmos y las guitarras habituales, pero conjugando sonidos sintetizados para descubrirnos un mundo preciosista e intimo del que no queremos escaparnos, y aunque esto no sea música para las plantas (qué también podría serlo) es más bien una terapia para ayudarnos a realizar nuestra propia “fotosíntesis” en un mundo tan acelerado y tecnológico en el que el simple hecho de poner este vinilo sobre la aguja y dedicarle nuestra atención se convierte en un acto que nos permite desconectar, durante esos veinte minutos, para reconectar con nosotros mismos y lo que un día fuimos, seres analógicos que pensaban antes de actuar. Disfrútenlo porque hay pequeñas joyas sonoras detrás de cada canción.