Don Rogelio J: El Blues del dibujante

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Las visitas de Don Rogelio J (músico en Tumba Swing y Aullido Atómico y autor de cómics como Desde Abajo o Tierra Muerta) siempre son un pequeño gran acontecimiento en la Granada subterránea. Este domingo llega a Planta Baja presentando su nueva banda, O.J.O un trío de ases del aullido R’n’R formado también por Isa Santana (Midnight Wolf) y Mike Mariconda (Devil Dogs).

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Recuperamos para la ocasión un artículo que escribí hace un par de años para la revista Larva, de la Escuela de Arte José Val del Omar, en la que entrevistaba a Rogelio sobre su trayectoria como músico y dibujante. Durante esos días “lo había liado” para que impartiera en Granada un taller de recursos gráficos analógicos y resulta curioso recordar que se matricularon varios miembros de E.V.A, la banda con la que compartirá cartel el domingo.

Pero además de esa coincidencia y la analogía en el uso del acrónimo, O.J.O y E.V.A tienen algo más en común: han firmado los 7 pulgadas que más me han entusiasmado últimamente. Con un poco de suerte, se podrán conseguir el domingo.

DON ROGELIO J: EL BLUES DEL DIBUJANTE

Conocí a Don Rogelio J en enero de 2013, cuando abrió para Guadalupe Plata con Tumba Swing en la sala Wah Wah de Valencia. Un año después, cuando ya había iniciado mi actividad como promotor con Serpiente Negra, formó parte junto a Tav Falco & Panther Burns de un mítico cartel que él mismo accedió a diseñar. Si ya era todo un espectáculo en directo, su puesto de merchan no se quedaba atrás, con una vieja maleta llena de fanzines, cómics y singles en la que era imposible no detenerse. Este vínculo entre cómic y rock and roll era ya entonces tan estrecho en él que hasta en su propio plano de escenario usaba tramas mecánicas. Y es precisamente sobre este vínculo sobre el que he querido indagar aprovechando su reciente estancia en Granada para impartir un taller de recursos gráficos analógicos en La Variable.

-. “Romper mano”
Don Rogelio J (Mislata, 1982) estudió Bellas Artes en Valencia, donde le decepcionó que aún no hubiera calado en estos estudios nada del peso y la tradición que tenía el cómic en la ciudad. Aun así, fue asimilando recursos para incorporarlos al medio por su cuenta. Es entonces cuando empieza a tener bandas inspiradas en el hardcore de Boston, atraído tanto por el compromiso político como por la estética gráfica tan cercana al cómic presentes en esta escena. Por influencia de esta música empieza a hacer pequeñas tiras y cosas sencillas, ilustraciones con algo de texto pero sin continuidad secuencial y una infinidad de carteles que le ayudan a lo que él llama “romper mano”.
Empieza en la música a la vez que se forma como dibujante, y de ambos lados vendrán las primeras frustraciones. Como dibujante, no se siente capaz aún de acercarse lo más mínimo a sus referentes del momento, como el Carlos Ezquerra de la revista 2000AD. Y como músico, empieza a interesarse por ciertas cosas como Gabinete Caligari que estaban muy mal vistas en la escena de hardcore, por lo que pasa de proyectos de música extrema como Constante Cero o Heroína a formar su primera banda de rock and roll, los Traca Hombres.
Se puede seguir la huella de este interés en su trilogía “Retratos de mis influencias musicales”, dedicando el primer volumen a artistas anglosajones, el segundo a latinoamericanos y el tercero a músicos locales bastante desconocidos. Tanto que solo ellos se hicieron con él y es el único de los tres del que aún quedan ejemplares.

-. Tumba Swing
Al terminar Bellas Artes en 2006 marcha unos meses a Montreal a formarse como tatuador. Allí tiene la oportunidad de ver a Bloodshot Bill en directo y la impresión es imborrable. Es así como decide fundar su propio proyecto de hombre orquesta, Tumba Swing, que desde el primer momento estuvo ligado a la idea de un fanzine de compilación de historias al estilo de El Víbora que distribuiría durante sus conciertos. Su idea era alejarse de la corriente gráfica que primaba en el momento, muy heredera de la línea clara valenciana y marcada por el diseño vectorial, y adentrarse profundamente en algo oscuro y analógico.
Revisando los cinco números que publicó sorprende ver entre los participantes nombres que a día de hoy son grandes referentes del cómic y la ilustración, como Ricardo Cavolo (al que conoció por un encargo de una marca de gasolina que les pidió ilustrar un gol de la selección) o Magius, último Premio Nacional de Cómic, para el que era la primera vez que se traducía su obra al inglés (el fanzine incluía una traducción en la parte inferior de las viñetas para que se pudiera vender también en los conciertos que Tumba Swing tenía fuera de España).

-. Desde Abajo
Estando en Fatbottom, la librería de Barcelona especializada en fanzines, se hace con una grapa de Benjamin Marra. Sin reponerse aún de una nueva y profunda impresión, decide hacer la suya propia, “Desde abajo”, autoeditando el primer número de 32 páginas. Al ser la editorial de Marra en España, se pone en contacto con Autsaider, planteándoles sacar el proyecto en cinco grapas. Ata Lasalle, el editor, ya conocía ese primer número y acepta publicarlo todo como un único tomo.
Presentando “Desde Abajo” en La Hora del Bocadillo, el programa de cómics de Radio 3, su directora Laura Barrachina le propone conducir su propia sección mensual sobre fanzines. Grabada en su estudio doméstico, contaría con una cortinilla compuesta por él mismo y le obligaría a administrar mejor sus lecturas y meditarlas mucho, naciendo en él un interés por la divulgación del cómic que aún hoy, con este programa ya extinto, mantiene a través de sus redes sociales.
Tras la experiencia dibujando “Desde Abajo”, su primer trabajo largo, Rogelio es consciente de haber avanzado mucho. No sólo había “roto mano” si no que la tenía ardiendo, y había visto también errores cometidos. Era el momento perfecto de empezar con el siguiente.

-. Tierra Muerta
En este cómic, publicado de nuevo por Autsaider, Rogelio vuelca varias ideas que llevaban acompañándole unos años. “Tenía en mente dos o tres historias que quería contar. Una Guerra Civil española ambientada en ciencia ficción, en un futuro distópico. Y también un montón de anécdotas de músicos en gira. Todas reales, pero increíbles. También quería hablar de la precariedad del mundo de la creación”.
Hay una anécdota sobre el proceso es muy elocuente sobre las dotes de Rogelio como comunicador y sobre su debate interior entre lo digital y lo analógico. “Hice unas cuantas páginas del Tierra Muerta en papel y en digital, lo imprimí, se lo enseñé a unos cuantos amigos dibujantes para que me dijeran cuáles había hecho en tinta y cuáles en ipad y nadie supo decirme, así que lo hice todo en digital. Pero cuando acabé me di cuenta de que no tenía originales para vender, ya que con Desde Abajo saqué más dinero vendiendo los originales que con el cómic”. En la actualidad, el proceso que sigue Rogelio es de ida y vuelta de lo digital a lo analógico, pasando de bibliotecas de recursos en 3d y del clip estudio para un primer encaje a lápiz a la impresora y al entintado con mesa de luz, y de ahí de nuevo al coloreado digital.

-. Tenderete
Como parte del colectivo que organiza Tenderete, el punto de encuentro del fanzine de Valencia, Rogelio se encarga expresamente del apartado musical de la cita. Me interesa su visión de creador que se sitúa eventualmente en el lado de la gestión. “Es cuestión de ponerse en el lado del otro, de tener empatía, de avisar si no se puede aparcar. Dentro del colectivo Tenderete soy el único músico y me encargo de estas cosas, entonces planteo qué es una putada o no para el músico. Es muy poco dinero pero voy a poner yo el backline. Son facilidades pero lo hacen todo más cómodo y más fácil para ti. Es lo único que podemos ofrecer porque estamos atados de pies y manos. Tú cuando eres creador también eres consciente del trato que te dan. A día de hoy Ata aún me envía entrevistas de Tierra Muerta y ya han pasado casi dos años. El dinero es el mismo, pero el trato y la empatía con el otro lado es lo que te diferencia”.

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